Ser facilitador, en el buen sentido de la palabra, implica más que solo impartir clases, significa implicarnos, conectar con los diferentes participantes o actores de un proceso de enseñanza-aprendizaje con el fin único de despertar ese interés y motivación por el contenido del tema tratado. El rol del facilitador es de ser multiplicador de conocimiento, conectando las diferentes formas de aprender, mostrando un alto grado de empatía. Como docentes debemos aprovechar cada experiencia, teniendo plena conciencia sobre nuestra responsabilidad en ese arduo camino de formar profesionales con valores, que marquen la diferencia.

Vivimos en una sociedad conectada y en red, donde la información está en manos de todos, lo que propone nuevos retos a quienes ejercemos la labor docente, quienes debemos ser conscientes de las nuevas habilidades que implica nuestro rol. Como facilitadores debemos manejar el acceso y gestión eficaz de la información, pensamiento crítico y resolución de problemas, así como creatividad e innovación. Nuestra tarea principal es educar a nuestros alumnos y la gestión debe estar centrada en el desafío que conlleva transmitir un cúmulo de conocimientos a cada participante.

Para poder cumplir con esto debemos buscar el continuo crecimiento profesional, para el buen desempeño en nuestro quehacer educativo. Debemos pensar en enriquecer nuestro acervo profesional y los fundamentos del conocimiento, destrezas, métodos educativos y pedagógicos ya que a medida que estemos actualizados mejores serán los resultados. Como docentes debemos ser ingeniosos, mantener los ojos abiertos con los avances tecnológicos, abrazando las nuevas oportunidades a medida que surgen, a la vez que colaboramos con los demás y construimos relaciones efectivas. Debemos ser precursores en compartir ideas, inspirar y motivar.

 Los docentes estamos en lugares privilegiados donde nos redefinimos constantemente y donde podemos seguir aprendiendo, muestra de ello es poder pertenecer a comunidades del conocimiento como la que impulsa CAPEX, espacio que promueve el desarrollo y actualización del conocimiento docente.